CULTURA
De manos diestras y colorida imaginación, los artesanos tlaxcaltecas esculpen tan finamente la madera, como la plata o el barro. Aún sin ayuda de tornos o ningún otro instrumento, los habitantes de San Sebastián Atlahapa dan vida al barro; mientras en Tlatempan las máscaras de carnaval alcanzan singular refinamiento. En Tizatlán, una tradición simbólica es la elaboración de intrincados bastones o teponaxtles que además de ser un auxiliar en el caminar de los viejos, sirve de augurio para una larga vida.
La joyería de plata de Tlaxco es famosa en todo el país, y los “saltillos” son antiguos diseños precolombinos aún tejidos en los hermosos sarapes y tapetes elaborados en las comunidades de Santa Ana Chiuatempan y en Guadalupe Ixcotla. Pero los artistas de Españita son los más hábiles al elaborar innumerables figuras hechas de hoja de maíz seca; aunque las casitas de paja de centeno y trigo construidas en Tequexquitla merecen también ser mencionadas.
Con la construcción de tantas iglesias en la época de la colonia, era necesario encontrar quien fundiera las imponentes campanas que anunciaran el inicio de las misas católicas, y en el barrio de Ocotoxco en Yauhquemecan, a mitad del siglo XVI se fundió la primer campana de la Nueva España; oficio aún vivo en la actualidad. Al igual que Xalostoc, en donde se elaboran los antiguos juegos pirotécnicos o fuegos artificiales que alegremente visten de brillo la noche en que se celebra algún festejo o día especial.
De igual manera, la cultura tlaxcalteca mantiene vivas ancestrales danzas bailadas durante la celebración del carnaval o cualquier otra gran fiesta patronal. Una de las principales danzas aún bailada es la de los “Huehues” o viejos, y cuya representación en cada comunidad toma un toque personal de la misma. La Danza de las Cintas es representada por niñas que ondean un mástil con numerosos y coloridos listones; la danza del dios sol, Tónatl, termina con una lluvia de flores arrojadas por las doncellas de la localidad; y Las Cuadrillas danzada en los barrios de Ocotoxco, Zimatepec, Huiloac, Tizatlán y algunos más.
La riqueza de la gastronomía prehispánica tlaxcalteca se funde con la cocina española para dar como resultado una de las más exquisitas cocinas mestizas del país. Antiguos ingredientes como el maíz, cimiento de la cocina prehispánica en todo México, maguey, nopal, epazote, perejil, calabaza, miltomate, verdolagas, venado, guajolotes, liebre y huilota aún son utilizados por los cocineros tlaxcaltecas en la elaboración de los más finos platillos mexicanos.
Gusanos de maguey y pencas que envuelven un sabroso cordero asado, barbacoa de pozo acompañada de una ensalada de nopalitos con queso y perejil, tlatoyos de frijol y queso acompañados de atole y piloncillo… un menú interminable que nos remonta siglos atrás al momento en que dos grandes culturas se fusionaron para cocinar el presente.
La joyería de plata de Tlaxco es famosa en todo el país, y los “saltillos” son antiguos diseños precolombinos aún tejidos en los hermosos sarapes y tapetes elaborados en las comunidades de Santa Ana Chiuatempan y en Guadalupe Ixcotla. Pero los artistas de Españita son los más hábiles al elaborar innumerables figuras hechas de hoja de maíz seca; aunque las casitas de paja de centeno y trigo construidas en Tequexquitla merecen también ser mencionadas.
Con la construcción de tantas iglesias en la época de la colonia, era necesario encontrar quien fundiera las imponentes campanas que anunciaran el inicio de las misas católicas, y en el barrio de Ocotoxco en Yauhquemecan, a mitad del siglo XVI se fundió la primer campana de la Nueva España; oficio aún vivo en la actualidad. Al igual que Xalostoc, en donde se elaboran los antiguos juegos pirotécnicos o fuegos artificiales que alegremente visten de brillo la noche en que se celebra algún festejo o día especial.
De igual manera, la cultura tlaxcalteca mantiene vivas ancestrales danzas bailadas durante la celebración del carnaval o cualquier otra gran fiesta patronal. Una de las principales danzas aún bailada es la de los “Huehues” o viejos, y cuya representación en cada comunidad toma un toque personal de la misma. La Danza de las Cintas es representada por niñas que ondean un mástil con numerosos y coloridos listones; la danza del dios sol, Tónatl, termina con una lluvia de flores arrojadas por las doncellas de la localidad; y Las Cuadrillas danzada en los barrios de Ocotoxco, Zimatepec, Huiloac, Tizatlán y algunos más.
La riqueza de la gastronomía prehispánica tlaxcalteca se funde con la cocina española para dar como resultado una de las más exquisitas cocinas mestizas del país. Antiguos ingredientes como el maíz, cimiento de la cocina prehispánica en todo México, maguey, nopal, epazote, perejil, calabaza, miltomate, verdolagas, venado, guajolotes, liebre y huilota aún son utilizados por los cocineros tlaxcaltecas en la elaboración de los más finos platillos mexicanos.
Gusanos de maguey y pencas que envuelven un sabroso cordero asado, barbacoa de pozo acompañada de una ensalada de nopalitos con queso y perejil, tlatoyos de frijol y queso acompañados de atole y piloncillo… un menú interminable que nos remonta siglos atrás al momento en que dos grandes culturas se fusionaron para cocinar el presente.
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GASTRONOMIA
El alimento por excelencia de Tlaxcala, desde tiempos inmemoriales, ha sido el maíz, al cual se le confería origenes divinos. Esta tierra lleva el nombre de Tlaxcala, o "Tlaxcallan" en honor a tlaxcalli, nombre nahuatl de la base de la alimentación de este pueblo, y de casí todo el país: la tortilla. La cocina tlaxcalteca conserva elementos prehispánicos en sus platillos más representativos, que la hace única en el mundo entero, y aunque ha evolucionado incorporando diferentes elementos, dando origen a una cocina criolla o actualmente moderna, el gran valor de la cocina tlaxcalteca proviene de su sencillez pero gran riqueza nutritiva. Alimentos o platillos aparentemente magros o poco condimentados proporcionan los requerimientos nutritivos suficientes para una alimentacion natural y sana. Además del maíz, los antiguos tlaxcaltecas cultivaban en sus "milpas" calabazas, tomatillo, chile y frijol. Cultivaban el nopal y sus frutos o variantes como el xoconoxtle. En sus tierras existian venados, patos, tlacuatzin o tlacuaches, conejos, liebres y huilotas. De igual manera criaban guajolotes y perros tlalchichi o telchichi cuyas carnes son de consistencia y sabor apreciableEl maguey otro regalo de esta tierra, era totalmente aprovechado por los antiguos tlaxcaltecas: El maguey provee de "aguamiel" un endulcorante de propiedades incomparables, y de cuya fermentación se obtiene el pulque. El mismo maguey provee de gusanos un exquisito manjar al paladar. Y de las pencas se extraía la piel para envolver los "mixiotes" a los que agrega un delicado sabor y aroma. Con las mismas pencas, asadas sobre las brazas, se preparan las increibles "barbacoas de hoyo" que son platillos de carnes: armadillos, guajolotes, conejos, y otras especies más de la región, cocinados con gran maestría.Hoy tenemos mixiotes de pollo, de carnero y carpas. La base de la alimentación tlaxcalteca sigue siendo el maiz. Tierno sirve para preparar cremas, sopas, etc. Antojitos como el elote preparado, chileatole, o ezquites. También del maíz tierno en ocasiones se obtiene el huitlacoche. Maduro, el maíz sirve para preparar tlaolli, o pinole, atoles, tortillas, quezadillas, tlacoyos... y tamales. La tortilla una vez preparada acompaña todas las comidas tlaxcaltecas, aunque también en preparaciones especiales: enchiladas, chilaquiles, totopos. Los platillos tlaxcaltecas son enriquecidos con las abundantes plantas, yerbas y frutas que crecen en la región: quintoniles, epazote, papaloquilitl, huazontle, pipitza, calabaza, xoconoxtle y nopales. Capulin, tejocote o tunas complementan perfectamente cualquier comida. La cultura y religión entre los tlaxcaltecas tenian una visión holistica, que les permitia una convivencia con la naturaleza que cuidaban y respetaban. En estas tierras la naturaleza era prodiga en plantas, animales silvestres y frutos, tambien eran abundantes los arroyos, espejos de agua y manantiales, que desafortunadamente en la actualidad ya no existen o solo se conservan algunos pero completamente contaminadas. Pero en los tiempos prehispánicos estos manantiales y arroyos proveian de charales, carpas, ajolotes, ACOCILES, y otras especies más que ahora han desaparecido. Los insectos complementan la riqueza en la dieta: chapulines, chinecuiles, escamoles y ahuaxtle. |
Cocina Mestiza |
La mezcla cultural, enriqueció con elementos de ambas culturas (la indigena y la europea) el amplio acervo culinario de la región. Nuevos condimentos y especies aportaron y combinarón ricos aromas y sabores que dieron origen a exóticos platillos que son un verdadero mosaico de sabor y un deleite para los paladares más exigentes. En suma: la gastronomía tlaxcalteca más valiosa conserva los elementos prehispánicos mas representativos, aunque tambien tenemos platillos criollos que incorporan ingredientes y satisfacen gustos mas amplios. La necesaria evolucion y creatividad, incorpora los ingredientes tradicionales de esta tierra, en nuevos platillos que dan a la gastronomía tlaxcalteca un corte internacional, a la altura de las mejores del mundo actual. |
Sitios para Turistas en Tlaxcala
PARQUE NACIONAL LA MALINTZI
Declarado parque nacional en 1938, este parque resguarda el alto volcán Matlalcuéyetl o La Malintzi. Este recurso natural comprende el 23% del territorio estatal y abastece de agua a una gran parte del estado, debido a lo cual es de suma importancia preservar el buen estado del ecosistema existente.
Dentro del parque es posible realizar escalada en roca, campismo, vigorosas caminatas y excusiones. Además, el IMSS ofrece un albergue de montaña con todos los servicios necesarios como restaurante, alojamiento, minisúper, estacionamiento, canchas deportivas y tienda de artesanías, con lo cual se apoya el desarrollo de las comunidades establecidas al pie del volcán.
CACAXTLA
Dentro del parque es posible realizar escalada en roca, campismo, vigorosas caminatas y excusiones. Además, el IMSS ofrece un albergue de montaña con todos los servicios necesarios como restaurante, alojamiento, minisúper, estacionamiento, canchas deportivas y tienda de artesanías, con lo cual se apoya el desarrollo de las comunidades establecidas al pie del volcán.
CACAXTLA
La antigua ciudad olmeca-xicalanca, localizada sobre un cerro entre las cuencas de los ríos Atoyac y Zahuapan, fue una demostración de alto grado de desarrollo artístico principalmente, gracias a los numerosos murales pictóricos encontrados aún en buen estado. En estas, es posible notar el contacto con los pueblos mayas y aztecas, de los cuales tomó prestado elementos como jaguares, guerreros ave, la barra ceremonial, numerales y representación de dioses.
Alcanzado su esplendor entre los años 650 y 900 d.C., esta bella ciudad nos ofrece un vistazo a la concepción del mundo olmeca a través de los murales de La Batalla, del Hombre Jaguar, de El Palacio y de las jambas norte y sur. Las representaciones de dos etnias en guerra, del linaje heredero, de dioses, de caracoles marinos, hombres cubiertos de piel de jaguar portando un penacho y del señor cuatro tlacuache asombran a todo aquel que decide aventurarse mil años atrás en la historia de nuestro pueblo.
EXCONVENTO FRANCISCANO DE NUESTRA SEÑORA DE LA ASUNCIÓN
Alcanzado su esplendor entre los años 650 y 900 d.C., esta bella ciudad nos ofrece un vistazo a la concepción del mundo olmeca a través de los murales de La Batalla, del Hombre Jaguar, de El Palacio y de las jambas norte y sur. Las representaciones de dos etnias en guerra, del linaje heredero, de dioses, de caracoles marinos, hombres cubiertos de piel de jaguar portando un penacho y del señor cuatro tlacuache asombran a todo aquel que decide aventurarse mil años atrás en la historia de nuestro pueblo.
EXCONVENTO FRANCISCANO DE NUESTRA SEÑORA DE LA ASUNCIÓN
Fundada en 1537 por fray Martín de Valencia, este exconvento hace gala de la arquitectura hispana del siglo XVI en Tlaxcala. El techo, trabajado en madera de cedro, alberga el atrio y cuatro hermosas capillas dedicadas a Jesucristo, la Tercera Orden, a San Antonio y la Capilla de la Virgen del Rosario.
Hermosos arcos, columnas de fuste liso, retablos barrocos y una cúpula de planta octagonal adornan sobriamente este hermoso recinto dividido en varios edificios debido a lo abrupto de la orografía.
Actualmente, alberga en su interior, el Museo Regional de Tlaxcala.
CARNAVAL DE TLAXCALA
De visita por el estado un viernes anterior al miércoles de Ceniza, es posible despedir toda energía negativa y descargar las tensiones acumuladas participando del Carnaval de Tlaxcal.
Siguiendo el mismo programa en cada lugar donde se festeje, el carnaval tlaxcalteca nació de la burla del pueblo frente a la clase europea hacendada, ya que estos últimos celebraban fastuosas fiestas exclusivas que no permitían la participación de mestizos e indígenas. Así, la celebración comienza un viernes con la quema del mal humor y de las “malas vibras” representadas por un muñeco, el cual es depositado posteriormente un ataúd acompañado de la marcha fúnebre.
Danzas folclóricas, abundante comida típica, desfile de carros alegóricos y creativos disfraces acompañan los festejos de los días siguientes. Mientras que la octava del carnaval es realizado una semana después en domingo, y consiste en el enjuiciamiento de los malos gobernantes por parte del pueblo.
Hermosos arcos, columnas de fuste liso, retablos barrocos y una cúpula de planta octagonal adornan sobriamente este hermoso recinto dividido en varios edificios debido a lo abrupto de la orografía.
Actualmente, alberga en su interior, el Museo Regional de Tlaxcala.
CARNAVAL DE TLAXCALA
De visita por el estado un viernes anterior al miércoles de Ceniza, es posible despedir toda energía negativa y descargar las tensiones acumuladas participando del Carnaval de Tlaxcal.
Siguiendo el mismo programa en cada lugar donde se festeje, el carnaval tlaxcalteca nació de la burla del pueblo frente a la clase europea hacendada, ya que estos últimos celebraban fastuosas fiestas exclusivas que no permitían la participación de mestizos e indígenas. Así, la celebración comienza un viernes con la quema del mal humor y de las “malas vibras” representadas por un muñeco, el cual es depositado posteriormente un ataúd acompañado de la marcha fúnebre.
Danzas folclóricas, abundante comida típica, desfile de carros alegóricos y creativos disfraces acompañan los festejos de los días siguientes. Mientras que la octava del carnaval es realizado una semana después en domingo, y consiste en el enjuiciamiento de los malos gobernantes por parte del pueblo.
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